
Arquitectura y Barroco
El barroco rompe uno de los conceptos heredados del renacimiento, movimiento cultural que defendía la primacía de la razón sobre la emoción. El arte barroco manifiesta, mediante la grandiosidad de su decoración, la primacía de la emoción sobre la razón. El barroco es un arte de contrastes que también se desarrolló para recuperar a los creyentes divididos por la Reforma, y consolidar su fe, impresionándolos, por los sentidos y las emociones, conduciéndoles de este modo a elevar su devoción a Dios.
La arquitectura de los Clérigos se caracteriza por la irregularidad y la exageración de las formas que generan un efecto escénico sorprendente. Destacan las plantas irregulares, las fachadas onduladas, realzadas por una contraposición de salientes, saledizos y huecos, arcos interrumpidos, y una gran profusión de variadas ventanales, complementadas por la exuberante torre de la campana. La fachada de la Iglesia, principalmente el hastial, integra un hermoso trabajo decorativo, siendo tal vez el lenguaje más barroco existente en todo el edificio, en la cual Nasoni combina líneas rectas con líneas semicirculares, decorándola con motivos ornamentales y simbólicos, entre ellos sacras, guirnaldas, festones, volutas, haces vegetales, jarrones y fogatas.
En Portugal el arte barroco imperó entre finales del siglo XVII y mediados del siglo XVIII.